Cada vez es más habitual ver cómo desde Hollywood nos llegan producciones que, ya desde su origen, nacen concebidas como una trilogía, anticipándose al éxito del producto, el cual no siempre llega (que se lo digan a“Eragon”). Otra práctica relativamente común son los spin-off, proyectos alumbrados al amparo del éxito de otro precedente y como extensión del mismo, cuya calidad desgraciadamente no siempre está a la altura (un buen ejemplo podría ser “Lobezno”). Sin embargo, lo que no tiene nada de frecuente es que, partiendo de un fragmento tan puntual de una película como pueden ser los títulos de crédito, nazca un brillante personaje cuya vida se prolongue durante más de 40 años. Ese es el caso de La Pantera Rosa.
Paradójicamente, en el film original “La Pantera Rosa” ni era rosa, ni era pantera. Se trataba de un valiosísimo diamante en cuyo interior podía apreciarse la silueta del salvaje felino. La película, de 1963, fue dirigida por Blake Edwards, y el reparto se encontraba encabezado por el grandísimo Peter Sellers en el papel del inspector Clouseau. Es igualmente destacable el magnífico trabajo desarrollado por Henry Mancini, responsable de la mítica banda sonora.
Para los títulos de crédito Edwards quiso diferenciarse con algo original, así que contrató a Friz Freleng, uno de los más prestigiosos animadores de la historia, responsable, entre otros, de personajes tan famosos y variopintos como Porky, Piolín, Silvestre, Bigotes Sam, Speedy Gonzales o Bugs Bunny. Para desarrollar su trabajo Freleng sólo recibió tres premisas: la pantera tenía que ser graciosa, muda y de color rosa. Pese a esta, a priori, relativa libertad creativa, fueron necesarios más de 100 bocetos hasta encontrar un producto que satisfizo a todos los implicados.

No hay comentarios:
Publicar un comentario